Aguas Calientes, Perú: Un viaje lleno de paisajes, cultura y aventuras
Si alguna vez has soñado con visitar Machu Picchu, seguramente sabes que llegar a Aguas Calientes, el pequeño pero fascinante pueblo en la base de la montaña Machu Picchu, es parte esencial de la experiencia. En este blog te cuento cómo fue mi visita, una aventura que comenzó con algunos malestares debido a la altura, pero que se transformó en un recorrido lleno de maravillas, buena comida, momentos relajantes y una inmersión cultural única.
El viaje a Aguas Calientes: Entre montañas y trenes
El trayecto hacia Aguas Calientes comenzó en Cusco, donde, como es común en las alturas, los síntomas del mal de altura me hicieron sentir un poco incómoda. La falta de aire, el cansancio y la ligera incomodidad me acompañaron antes de abordar el tren. Sin embargo, una vez dentro, el paisaje cambió completamente mi enfoque. El tren que tomé se deslizó suavemente por el Valle Sagrado, atravesando montañas y ríos. Era como un recorrido turístico por sí mismo: las vistas de la naturaleza peruana, la vegetación exuberante y los majestuosos picos de las montañas hicieron que olvidara rápidamente cualquier malestar inicial.
El trayecto en tren, que duró unas dos horas, fue cómodo y relajante. Fue un buen momento para empezar a disfrutar de la belleza de los Andes y dejar que la emoción de llegar a Aguas Calientes se apoderara de mí.
Llegada a Aguas Calientes y almuerzo en El Indio Feliz
Al mediodía, llegué a Aguas Calientes, un pueblito pintoresco y lleno de vida. Mi primer destino fue el Hotel Pucara Machu Picchu, un acogedor lugar con vistas espectaculares del pueblo. Dejé mi equipaje, descansé un poco y salí en busca de una buena comida.
Fui a El Indio Feliz, un restaurante local que es muy popular entre los viajeros. Opté por una deliciosa pechuga de pollo con salsa de champiñones, acompañada de un refrescante jugo de papaya. Este jugo, además de delicioso, es conocido por ayudar a aliviar los síntomas del mal de altura, lo cual fue justo lo que necesitaba después del viaje. La comida fue reconfortante y energizante, perfecta para seguir con mi día.
Ferias artesanales: Un lugar para regatear y encontrar souvenirs únicos
Después de almorzar, me dirigí a las ferias artesanales que llenan las calles de Aguas Calientes. Aquí, los artesanos locales venden una variedad de productos, desde mochilas hasta tejidos y joyas de alpaca. Es importante recordar que debes negociar el precio antes de comprar. No temas pedir un descuento, ya que en la mayoría de los casos los vendedores están dispuestos a rebajar un poco el precio si eres amable y dispuesto a regatear. Además, asegúrate de llevar efectivo, ya que muchas tiendas no aceptan tarjetas y, en ocasiones, no tienen cambio suficiente. Es una excelente oportunidad para llevarte un recuerdo único de tu visita, pero asegúrate de cotizar bien antes de hacer tu compra.
Cena reconfortante en Chullos Restaurant & Craft Beer
Después de una tarde explorando el pueblo, opté por una cena reconfortante en Chullos Restaurant & Craft Beer, un lugar conocido por su excelente cocina local y su ambiente acogedor. De entrada, disfrutamos de un tartar de atún, fresco y perfectamente sazonado, que abrió el apetito para lo que vendría. Como plato principal, me deleité con una causita acevichada, un clásico peruano con un toque moderno, que me dejó completamente satisfecha. La combinación de sabores y la atmósfera relajada hicieron de la cena una experiencia memorable. Además, pude acompañar mi comida con una cerveza artesanal local, lo que añadió un toque perfecto a la velada.
Mañana energizante en las Termas de Aguas Calientes
Al día siguiente, me levanté temprano para empezar el día con una visita a las Termas de Aguas Calientes. Llegué a las 5:30 a.m., que es la hora recomendada para aprovechar mejor la experiencia. Durante las primeras horas de la mañana hay menos gente, lo que permite disfrutar de las aguas termales de forma tranquila y relajada. Las termas, rodeadas de montañas, ofrecen un ambiente increíble para desconectar y recargar energías antes de la gran aventura del día: Machu Picchu.
Es importante llevar efectivo, ya que el acceso a las termas no permite pagos con tarjeta, y también llevar billetes de baja denominación, ya que no tienen cambio para grandes billetes. Las termas son un lugar ideal para relajar los músculos y disfrutar del entorno natural, así que no te pierdas esta experiencia. Además de no te olvides de visitar la cascada.
Machu Picchu: Preparándote para una visita mágica (pero con algo de paciencia)
Tras un buen desayuno en el Hotel Pucara Machu Picchu, que ofrece una vista increíble del pueblo, me preparé para uno de los momentos más esperados del viaje: la visita a Machu Picchu. Es importante tener en cuenta que debes llegar con anticipación, ya que el acceso se realiza por medio de un bus asignado a la hora de entrada que aparece en tu boleto. Deberás estar preparado para hacer una larga fila, especialmente si tu entrada es temprano en la mañana.
La visita a Machu Picchu es una experiencia única, pero es necesario estar preparado para cualquier eventualidad. En mi caso, la lluvia nos sorprendió, ya que estuve en la zona a finales de septiembre, por lo que te recomiendo llevar siempre una chaqueta repelente para la lluvia. También es fundamental tener a mano agua, un sombrero, repelente de mosquitos y ropa de secado rápido. El clima puede ser impredecible y es importante estar cómodo y protegido durante todo el recorrido.
Regreso a Cusco: El cierre perfecto de la aventura
Después de explorar Machu Picchu, regresé a Aguas Calientes, donde recogí mis cosas en el hotel antes de dirigirme nuevamente a la estación de tren para el viaje de regreso a Cusco. Aunque el regreso significaba despedirme de este maravilloso destino, me sentí afortunada por haber vivido una experiencia tan completa y enriquecedora.
La mejor época para visitar Aguas Calientes
Aguas Calientes, al estar ubicado en una región de selva tropical, tiene un clima cálido y húmedo durante todo el año. Sin embargo, si estás buscando las mejores condiciones para disfrutar de tu visita, te recomiendo planificar tu viaje durante la temporada seca, que va de abril a octubre. Durante estos meses, las lluvias son menos frecuentes, lo que te permitirá disfrutar de las caminatas y explorar Machu Picchu sin preocuparte por el mal tiempo.
El mes de julio y agosto es considerado la temporada alta debido a las vacaciones escolares en muchos países, por lo que es recomendable hacer tus reservas con antelación si viajas en estos meses. Por otro lado, los meses de noviembre a marzo corresponden a la temporada de lluvias, por lo que debes estar preparado para posibles chaparrones y tomar precauciones adicionales si decides viajar en este período.
En resumen, la mejor época para visitar Aguas Calientes y Machu Picchu es durante los meses secos, de abril a octubre, para aprovechar al máximo la experiencia. ¡Pero recuerda, cada época tiene su encanto y la aventura siempre será única!
Comparte tu experiencia y ayuda a otros viajeros
Tu aventura en Aguas Calientes, como la mía, seguramente estará llena de momentos inolvidables. Pero, como en todo viaje, siempre hay detalles que se aprenden sobre la marcha. Me encantaría saber, ¿qué fue lo que más disfrutaste de tu visita? ¿Hubo algo que te hubiera gustado saber antes de ir?
Te invito a que compartas tus experiencias y consejos en los comentarios. ¿Qué tips le darías a quienes están planeando su propio viaje a Aguas Calientes y Machu Picchu? Al compartir tu vivencia, no solo ayudarás a otros viajeros a tener una experiencia más enriquecedora, sino que también seguirás siendo parte de esta comunidad que se apoya mutuamente para explorar el mundo.
¡Nos encantaría conocer tus historias y consejos! Y, si tienes alguna duda o pregunta, no dudes en dejarla aquí. ¡Hasta la próxima aventura!